viernes, 19 de diciembre de 2008

El transporte urbano en Europa

Queridos amiwitos y amiwitas, si hasta ahora estaba hablando de cosas que me gustaban mucho de Alemania, hoy no voy a ser menos y voy a hablar de algo que encuentro fascinante: el transporte urbano.

Como muchos sabréis, en España, y más concretamente en Teruel o en Zaragoza, que son los dos sitios donde más tiempo he residido en mi vida, por lo general hay una especie de euforia o de manía con respecto a usar el coche, de hecho hay gente que necesita el coche para ir a comprar pan, irse de farra o cualquier cosa (sexo incluido). De hecho, utilizar el coche en un sitio como Teruel es una chorrada como la copa de un pino, o al menos así opino (y sin haberlo pensado, me ha salido un pareado).

Ni que decir cabe que en la estupidez de sociedad capitalista imperante hoy día, donde el coche es el producto estrella, éste se percibe como un símbolo de riqueza, avance social (en el sentido de 'clase', no de 'sociedad' como tal), de tal manera que muchos padres les compran a sus hijos coches que no pueden pagar 'para que liguen más', gente con sueldos de poco más de mil euros se compran BMWs y Audi A3 con los que se hipotecan durante lustros, etc.

Para variar, en Alemania, y me consta que en el centro de Europa la situación es bastante similar, aquí nada tiene que ver con España. Por el centro de las ciudades conviven pacíficamente bicicletas, motocicletas, coches, tranvías y metros.....¡y no pasa nada! Es decir, si por una casualidad todos tienen que ir por el mismo sitio, se respetan y van con tranquilidad....aun cuando no hay límite de velocidad. A mí, ciclo-punk convencido, no podéis imaginar cuanto me 'pone' esta situación, aunque echo un poco de menos el picarme con los taxistas por las calzadas de Zaragoza, adelantar a macarras en sus Hyundais Coupé, etc.

También la relación con respecto a las bicis cambia muchísimo y, si en España solemos estar vistos como unos 'apestados del funk', donde si vas por la acera lento, te increpan diciéndote que te vayas a la calzada, si no es peor (a una amiga hace poco un anciano le desplegó su garrote haciendo que se fuera al suelo, bici incluida), así como los conductores te dicen que vayas por la acera, que tan lento no se puede ir, eso si no te llaman 'loco', 'insensato' o algo con respecto a mi amada progenitora, a la que desde aquí mando un fuerte beso y un saludo. Me habían dicho que las bicicletas en Alemania se usan mucho, pero chacho, esto es pa' verlo: carril bici a ambos lados del carril , aparcamientos por doquier, la posibilidad de meter la bicicleta en cualquier tren con preferencia (esto quiere decir que si no te ceden el paso, puedes mirarles realmente mal y quedarte muy tranquilo, muy probablemente te pedirán perdón al momento), y, lo que me parece más curioso, si por un casual rozan tu bici en el metro y se manchan, son ellos los que te piden perdón, por haberla movido de donde debía estar. De todos modos, sobre las bicicletas crearé un post en un futuro -esperemos- no muy lejano.

Otra cosa genial es que hay tranvía en prácticamente todas las ciudades de Alemania, que, al igual que el turismo, es un gran invento: rápido, limpio, eficaz y sobre todo óptimo cuando las ciudades tienen las calles bien anchas, si no, es tontería (p.e. en Zaragoza). Esto se debe a la bendita reconstrucción urbana que hubo tras la II Guerra Mundial (de la que también hablaré en otro post). Lo curioso con respecto al tranvía es que, al igual que pasa en Valencia, no hace falta pagar antes de subir al tren en cuestión, y la diferencia es que hay máquinas expendedoras de billetes dentro de cada vagón. ¿Qué es lo que pasaría en España? (o que es lo que hacen muchos españoles que hay aquí) Pues lo mismo que pasa en Valencia: que no paga ni cristo. Pues bueno, aquí paga todo el mundo, sean abuelicas, padres de familia, jóvenes quinquilleros -los pocos que se ven- etc. De todos modos esto no me afecta, dado que al estar estudiando en la universidad tengo transporte gratuito en tren y autobús en aproximadamente unos 100km a la redonda. Para más inri, recientemente me enteré que con mi carnet universitario puedo llevar, a partir de las siete de la tarde, un visitante sin que tenga que pagar billete. Como podéis ver, otro mundo.

Quizás os preguntéis, pero allí qué, ¿no hay atascos, o qué narices pasa? Pues, sinceramente, sí, hay atascos, pero jamás, repito, jamás, en el centro de las ciudades (al menos, en Colonia). Hay atascos en el extrarradio, de camino y de vuelta de los polígonos industriales y fábricas, a las horas punta de entrada y salida del trabajo, y poca cosa más.

Sin más particular, me despido por hoy, que son las 15:30 y todavía no he comido. Besos por doquier.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Sobre la imposibilidad de perder nada en Europa

Hola infieles lector=s, siento mucho haberos privado de ésta mi literatura (tirada de moco ombligolog mode on/)durante casi tres semanas, pero la vida en Europa muchas veces es más ajetreada de lo que debiera. Hoy os voy a hablar de otra cosa más que me fascina de este país: es muy complicado perder las cosas, por despistada que una persona sea.

Esto es especialmente bello para almas despistadas como yo (no voy a contaros todas las cosas que he perdido -me han robado-, que para eso ya hay otro blog: perdedorentrelosperdedores.blogspot.com ) que perdemos cosas sin parar, léase carteras, teléfonos móviles y pingos de mil tipos distintos.

Tan sólo os diré que, por increiblemente raro que pueda parecer, aquí la gente se esfuerza en devolver las cosas, porque es lo que ven cívicamente correcto, y muchas veces hasta casi te sale a cuenta perder lo que sea, porque conoces gente. Varios ejemplos que hay de cosas perdidas: un amigo perdió su móvil, para darse cuenta más tarde que estaba en el taxi en el que habíamos ido antes. El taxista se recorrió la ciudad para devolver el móvil...y no cobró la carrera LOL

Una amiga perdió su teléfono móvil dos fines de semana consecutivos, uno para darse cuenta de que estaba en el bar donde había pasado la noche, y alguien había dejado el móvil en la barra para devolvérselo a su dueño (iguaaaaaal pasa en Eshpaña xD). Aun así, fue incluso mejor la segunda pérdida: su móvil lo había encontrado un chico que monta fiestas de drum and bass y jungle -cosa que le encanta a mi amiga- y ya que quedaron para devolver el teléfono, el chico la añadió a la newsletter de su web, y estamos informados al momento de toda fiestaca que merezca la pena en Colonia, con sus respectivas entradas más baratas, etc etc etc. A esta misma amiga, una vez se le cayó el monedero en el metro, y una viejecita de unos 70 años la siguió corriendo a su ritmo durante unos 10 metros para decirle que algo se le había caído....

Como no podía ser menos, yo también estoy a mi ritmo de móvil perdido cada tres meses, bueno, este más que perderlo se quedó secuestrado en un bar porque hice una especie de 'simpa', que no era un 'simpa', pero bueno, de este suceso hablaré en otra entrada del blog. Dejémoslo en que me lo devolvieron, de muy buenas maneras además, y me dijeron que vuelva por el bar cuando quiera (no comment); por último, anoche me dejé en uno de los bares más punk de Colonia un bolso más o menos grandecico, de marca Eastpak, muy codiciada por aquí, con tooooooodos mis apuntes y fotocopias de reprografía, y... ¡sorpresa! todavía seguía allí, ante lo que le he tenido que decir al dueño del bar, muy aliviado 'Deutschland gefällt mir sehr sehr gut', que sería algo así como 'Alemania me gusta muchísimo'.

Bueno, dicho todo esto, me despido, que se me nublan ya las ideas. Si me viene algo a la cabeza, ya editaré el post, que para algo es mi blog. Un besito para ellas, un abrazo para ellos JLFM